El Cementerio Museo San Pedro nos invita a un recorrido único para vivir la ciudadanía. Desde allí, se tejieron experiencias que conectan el arte, la historia y la vida cotidiana. En esta cartilla descubriremos cómo el fútbol construye paz, cómo el cuerpo se relaciona con el territorio, cómo la devoción y los rituales nos conectan, y cómo los jóvenes transforman su entorno a partir de cuatro rutas.
Las rutas pedagógicas permiten activar competencias ciudadanas: pensar críticamente, reconocer emociones, dialogar, participar. Son caminos de aprendizaje que nacen del territorio, de la memoria y de las preguntas que los jóvenes se hacen sobre su lugar en el mundo.
Cada tumba, cada nombre y cada escultura del Cementerio Museo San Pedro nos recuerda que somos parte de una comunidad con pasado, presente y futuro. Caminar por este lugar es también caminar por la ciudad. Porque la memoria y el sentido de comunidad no se guarda en libros: se cuida entre todos.
El fútbol aparece como un lenguaje común que une generaciones, territorios y memorias. En esta ruta, los jóvenes reflexionaron sobre cómo este deporte puede ser una herramienta para la reconciliación, el trabajo en equipo y la resolución de conflictos. A través de relatos, sonidos y creaciones visuales, exploraron cómo el juego se convierte en un espacio para tramitar emociones, construir comunidad y sembrar paz en contextos marcados por la violencia o la exclusión.
“El fútbol no es solo un juego, es una forma de encontrarnos sin pelear.”
Esta ruta parte del cuerpo como primer territorio. Los estudiantes exploraron cómo sus cuerpos habitan la ciudad, la escuela y el barrio, y cómo esas experiencias están atravesadas por el género, la movilidad, la seguridad y el afecto. A través de ejercicios de movimiento, escucha y creación, se preguntaron: ¿cómo se siente caminar por mi barrio?, ¿qué lugares me abrazan y cuáles me rechazan?, ¿cómo se expresa mi cuerpo en el espacio público?
“Mi cuerpo también tiene memoria. Cuando camino por aquí, recuerdo a mi abuela.”
El Cementerio Museo San Pedro fue el punto de partida para hablar de la muerte no como final, sino como parte de la vida. En esta ruta, los jóvenes exploraron rituales, símbolos y memorias que rodean el duelo, la despedida y la trascendencia. A través de relatos personales, homenajes y piezas sonoras, resignificaron la muerte como un acto de amor, memoria y comunidad.
“No sabía que se podía hablar de la muerte sin miedo. Aquí aprendí a recordarla con cariño.”
Esta ruta recoge las voces de los jóvenes como protagonistas de sus territorios. A partir de recorridos, entrevistas y ejercicios de creación colectiva, narraron sus barrios, sus luchas, sus sueños. El territorio se convirtió en un mapa vivo de afectos, tensiones y posibilidades. La ciudadanía se vivió como acción cotidiana: cuidar, nombrar, transformar.
“Yo pensaba que mi barrio no tenía historia. Ahora sé que la historia también la hacemos nosotros.”
Estas rutas no solo se recorren: se sienten, se escuchan, se crean. Explora los laboratorios para ver cómo estas vivencias se transformaron en arte, sonido, imagen y palabra.
Ciudadanías en Diálogo(s) es un proyecto seleccionado en la convocatoria #PensarConOtros para construir ciudadanía y democracia en América Latina. Las ideas expresadas no representan posiciones de estas compañías.”