Las líneas oscuras que conducen al horno crematorio del Cementerio Museo San Pedro, representan el camino de la vida, aquel que inevitablemente nos conduce a la muerte.
Estas líneas atraviesan un umbral amplio, por el que todos pasamos en igualdad de condiciones, umbral que metafóricamente separa la vida y la muerte.
Los dolientes acompañan el cuerpo sin vida de sus seres queridos, a quienes despiden en el catafalco entre lágrimas y con diversas manifestaciones de afecto.
Allí también se encuentra un vitral apacible lleno de significado. En el principio, una gran esfera amarilla, el Sol, que alimenta un centro de color, símbolo de la vida. Al final, un ocaso, un sol atardecido que se va ocultado en el horizonte como representación del final de la existencia.